torsión testicular

Indemnizan con 46.200 € la pérdida de un testículo al no diagnosticar su torsión

La decisión de la Administración sanitaria asume los argumentos planteados en nombre del perjudicado por el despacho Castillo-Calvín reconociendo el retraso en el diagnóstico de una torsión testicular que no pudo ser tratada a tiempo, provocando el daño irrecuperable del órgano afectado.

El paciente acudió al servicio de urgencia presentando dolores muy agudos en la zona genital, acompañado de otros síntomas que permitían sospechar la existencia de una torsión. En una primera observación clínica, se concluyó que se trataba de una “sospecha de epididimitis”, prescribiendo para ello antibiótico y antiinflamatorio, así como la realización de una ecografía al día siguiente.

Después de practicar dicha prueba, se apuntó que la torsión testicular era la posible causa de los síntomas que presentaba el paciente. Sin embargo, no fue hasta el día siguiente, cuando un urólogo visitó al enfermo, cuando esta sospecha inicial se confirmó. Se emitió así un diagnóstico tardío, que obligó finalmente al paciente a someterse a una cirugía para extirpar el testículo que ya se encontraba irremediablemente dañado por esta evidente actuación negligente.

En estos casos, desgraciadamente habituales, y que han llegado a convertirse en uno de los principales motivos de reclamación sanitaria en nuestro país, es requisito imprescindible actuar con la mayor rapidez para descartar o confirmar si los síntomas que acompañan esta afectación están relacionados con una posible torsión testicular, llevando a cabo todas las pruebas médicas oportunas para evitar la pérdida del órgano. En caso contrario, el diagnóstico tardío o erróneo suele provocar un daño irreversible al paciente.

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