Negligencia médica en el parto y embarazo

negligencias médicas en el parto y en el embarazo
negligencias médicas en el parto y en el embarazo

Ginecología y Obstetricia

La ginecología es una rama médica dedicada al diagnóstico y tratamiento de enfermedades que afectan la salud de la mujer a lo largo de su vida. Esta especialidad suele estar complementada por la obstetricia, que se centra en el cuidado de la mujer durante el embarazo, el proceso de parto, incluido el manejo de cesáreas, y el seguimiento inicial del recién nacido. En la actualidad, la mayoría de los profesionales en este campo ejercen tanto en ginecología como en obstetricia, ofreciendo una atención integral que abarca todas las etapas de la salud femenina.

Gracias a los avances en medicina, el seguimiento del embarazo y la detección precoz de complicaciones o malformaciones fetales han mejorado notablemente. Muchos de los posibles riesgos y problemas que pueden presentarse durante el embarazo o el parto están regulados en protocolos médicos establecidos, como los de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Estos guían la actuación de los profesionales para asegurar una atención segura y de calidad.

En el caso de la cesárea, que es una intervención quirúrgica en la que el bebé nace a través de una incisión en el abdomen de la madre, estos protocolos son especialmente rigurosos. La cesárea, aunque es un procedimiento común y a menudo necesario en situaciones de riesgo, conlleva riesgos que deben manejarse cuidadosamente. La decisión de realizar una cesárea suele tomarse en situaciones en las que el parto vaginal podría representar un peligro para la madre o el bebé, como en casos de sufrimiento fetal, posición anómala del bebé o problemas de salud de la madre. La omisión o retraso injustificado en la indicación de una cesárea puede dar lugar a daños graves, tanto para la madre como para el recién nacido, y en ocasiones, a reclamaciones legales.

Sin embargo, debido a la complejidad de esta área de la salud, ginecología y obstetricia son también especialidades en las que se registran un elevado número de quejas y reclamaciones. Las negligencias suelen derivarse de errores en la aplicación de los protocolos o en la demora para realizar procedimientos como la cesárea cuando son necesarios. Estas situaciones pueden ocasionar diagnósticos erróneos o tratamientos inadecuados, lo que conlleva riesgos graves para la salud de la madre y el bebé.

Errores como la omisión en la detección de malformaciones fetales, el retraso en identificar un episodio de sufrimiento fetal o una cesárea tardía pueden resultar en lesiones irreversibles para el recién nacido o, en los casos más graves, en su fallecimiento. Estos incidentes también pueden provocar consecuencias físicas y emocionales importantes para la madre.

Para determinar si ha existido una negligencia médica en el ámbito de ginecología y obstetricia, y particularmente en procedimientos como la cesárea, es fundamental evaluar si la actuación del profesional ha seguido los protocolos médicos y las normas de buena práctica. Esto exige que los especialistas actúen conforme a los conocimientos científicos actuales, con el máximo cuidado y precisión, considerando los riesgos específicos de cada intervención y las circunstancias de cada caso.

Tipos de negligencia médica en el parto

El momento del parto es uno de los procesos más críticos en la atención médica, ya que cualquier error o descuido puede tener consecuencias graves, tanto para la madre como para el recién nacido. La negligencia médica en el parto ocurre cuando los profesionales de la salud no siguen los protocolos médicos establecidos o actúan sin la diligencia necesaria, lo que puede resultar en daños evitables para la madre, el bebé o ambos.

A continuación, se describen los principales tipos de negligencia médica en el parto, sus causas y las posibles consecuencias para la salud de la madre y el bebé.

1. Diagnóstico tardío o erróneo de complicaciones

Durante el parto, existen ciertas complicaciones que, si no se identifican y manejan adecuadamente, pueden poner en riesgo la vida de la madre y del bebé. Algunos ejemplos incluyen:

  • Preeclampsia: una condición que provoca alta presión arterial y puede llevar a convulsiones si no se diagnostica y trata a tiempo.

  • Desprendimiento de placenta: una emergencia en la que la placenta se separa del útero antes del nacimiento, poniendo en riesgo al bebé por falta de oxígeno.

  • Prolapso de cordón umbilical: ocurre cuando el cordón umbilical se desplaza hacia el canal de parto antes del bebé, pudiendo obstruir el flujo de oxígeno.

Cuando estas condiciones no se identifican a tiempo, pueden causar lesiones permanentes al bebé (como parálisis cerebral) o incluso la muerte fetal.

2. Retraso en la realización de una cesárea de emergencia

En muchos partos, las complicaciones requieren una cesárea de emergencia para evitar riesgos mayores. La falta de respuesta oportuna por parte del equipo médico para realizar esta intervención puede constituir una negligencia médica si:

  • No se realiza una cesárea a tiempo en presencia de signos de sufrimiento fetal.

  • Se ignoran señales claras de que el parto vaginal no es seguro, como el exceso de tiempo de labor sin progreso.

  • Se retrasa la intervención por falta de recursos o negligencia en la toma de decisiones.

Un retraso en la cesárea puede tener consecuencias devastadoras, como daño cerebral en el bebé, problemas neurológicos permanentes e incluso la muerte.

3. Uso indebido de fórceps o ventosa

El uso de fórceps o de la ventosa obstétrica es una práctica habitual en ciertos partos, pero requiere gran destreza y precisión por parte del médico. La negligencia en el uso de estos instrumentos puede ocurrir cuando:

  • Se utilizan de forma incorrecta o excesiva, provocando lesiones en el cráneo, el cuello o el cerebro del bebé.

  • Se aplican de manera inadecuada, causando laceraciones o fracturas en el bebé.

  • Se utiliza la ventosa o los fórceps sin una necesidad justificada, exponiendo innecesariamente al bebé a riesgos de traumatismos.

Las lesiones resultantes pueden incluir daños en los nervios, fracturas craneales o parálisis de algunas partes del cuerpo, como el hombro (distocia de hombros).

4. Mal manejo de la distocia de hombros

La distocia de hombros es una complicación en la que los hombros del bebé quedan atrapados detrás del hueso púbico de la madre, dificultando su salida. Este problema requiere una intervención rápida y precisa. La negligencia puede ocurrir cuando:

  • El equipo médico no aplica las maniobras adecuadas para liberar los hombros del bebé.

  • Se ejerce una presión excesiva que provoca lesiones en los nervios del brazo o en el cuello del bebé.

  • No se anticipa la complicación a pesar de factores de riesgo conocidos, como un tamaño grande del bebé o una historia de distocia previa.

La distocia mal manejada puede resultar en lesiones permanentes en los nervios del plexo braquial, causando parálisis en el brazo del bebé.

5. Negligencia en el control del sufrimiento fetal

El sufrimiento fetal se produce cuando el bebé no recibe suficiente oxígeno durante el parto. Este problema se puede detectar mediante la monitorización de los latidos cardíacos fetales. La negligencia puede presentarse cuando:

  • No se monitoriza adecuadamente al feto durante el trabajo de parto.

  • Se ignoran o se interpretan erróneamente los signos de sufrimiento fetal.

  • No se toman medidas oportunas, como la realización de una cesárea de emergencia, para evitar daños.

El sufrimiento fetal prolongado puede causar asfixia y daños cerebrales permanentes en el bebé, como parálisis cerebral, problemas de desarrollo cognitivo y motor, o incluso la muerte.

6. Administración incorrecta de medicamentos

Durante el trabajo de parto, se suelen administrar medicamentos para aliviar el dolor o para inducir el parto, como la oxitocina. La administración incorrecta de estos medicamentos puede ser causa de negligencia médica si:

  • Se utiliza una dosis inapropiada que provoca contracciones excesivas y reduce el flujo de oxígeno al bebé.

  • Se suministran medicamentos innecesarios o se prescriben a pacientes que no deberían recibirlos.

  • No se supervisa adecuadamente la respuesta de la madre y el bebé al medicamento.

Estos errores pueden provocar daños al bebé, problemas en el parto y complicaciones graves para la madre.

7. Negligencia en el control postparto de la madre

La atención postparto también es fundamental para la salud de la madre, ya que existen riesgos como las hemorragias o las infecciones. La negligencia postparto puede incluir:

  • Falta de monitorización de signos de hemorragia postparto, que es una de las principales causas de muerte materna.

  • No administrar antibióticos en casos de riesgo de infección, como cesáreas o desgarros graves.

  • No intervenir ante síntomas de trombosis, que pueden llevar a complicaciones severas.

La falta de atención adecuada en el período postparto puede poner en peligro la vida de la madre y prolongar su recuperación o provocar complicaciones de salud a largo plazo.

8. Falta de información y consentimiento informado

Antes de cualquier procedimiento, los médicos deben proporcionar a la paciente toda la información relevante sobre los riesgos, beneficios y alternativas del tratamiento o intervención propuesta. La negligencia en este sentido ocurre cuando:

  • No se informa a la paciente sobre la necesidad de una cesárea o del uso de instrumentos como los fórceps.

  • No se explican los riesgos y beneficios de los medicamentos administrados durante el parto.

  • No se recaba el consentimiento informado de la paciente, privándola de la posibilidad de tomar una decisión informada.

Esta omisión puede dar lugar a reclamaciones de negligencia, especialmente si la madre o el bebé experimentan consecuencias negativas no explicadas previamente.

Consecuencias de la negligencia médica en el parto

Los errores y negligencias en el parto pueden tener consecuencias graves y permanentes para la madre y el bebé, tales como:

  • Lesiones neurológicas en el bebé, que pueden incluir parálisis cerebral, daño cerebral y problemas de desarrollo.

  • Lesiones físicas en el bebé, como fracturas, parálisis braquial o daño en los tejidos blandos.

  • Complicaciones para la madre, incluyendo hemorragias, infecciones y problemas de salud a largo plazo.

  • Consecuencias emocionales y psicológicas para la madre y la familia, que pueden derivar en traumas o estrés postraumático.

La negligencia médica en el embarazo

La negligencia médica en el embarazo ocurre cuando el personal sanitario no brinda el cuidado adecuado según los estándares médicos establecidos, lo que puede poner en riesgo la salud de la madre, el bebé o ambos. Esto incluye no realizar los controles prenatales necesarios, ignorar o subestimar síntomas que podrían indicar complicaciones, como hipertensión, diabetes gestacional, infecciones, o anomalías en el crecimiento fetal, y no intervenir de manera oportuna ante problemas detectados.

Por ejemplo, la negligencia puede manifestarse en la falta de monitoreo adecuado en embarazos de alto riesgo, como aquellos con antecedentes de pérdidas gestacionales, embarazos múltiples o problemas de salud preexistentes en la madre. También puede incluir errores en la interpretación de pruebas diagnósticas, como ultrasonidos o análisis de sangre, lo que impide detectar anomalías congénitas o condiciones como la restricción del crecimiento intrauterino (RCIU).

Otra forma de negligencia ocurre cuando no se toman las medidas necesarias para prevenir complicaciones, como administrar medicamentos esenciales (por ejemplo, ácido fólico o inyecciones de corticosteroides en casos de riesgo de parto prematuro) o no proporcionar información clara sobre los riesgos asociados al embarazo.

En casos graves, esta falta de atención puede resultar en pérdida del embarazo, nacimientos prematuros, daño permanente al feto, o complicaciones maternas que podrían haberse evitado con una atención médica adecuada, personalizada y oportuna.

Derechos de la paciente y acciones legales en casos de negligencia

Si una madre o un bebé han sufrido daños como resultado de una negligencia ocurrida durante el embarazo o en el parto, es fundamental conocer los derechos del paciente y las opciones legales. En estos casos, contar con un abogado especializado en negligencias médicas puede ser clave para obtener una compensación por los daños sufridos. La documentación médica completa, los informes de seguimiento y las pruebas de los errores médicos son fundamentales para evaluar el caso.

Una demanda por negligencia médica puede incluir reclamaciones por:

  • Gastos médicos adicionales.

  • Daños morales y emocionales.

  • Daños por pérdida de ingresos futuros si el niño o la madre tienen secuelas permanentes.

La negligencia médica en el parto ocurre cuando el personal sanitario no cumple con diligencia los estándares de atención establecidos, lo que resulta en daño evitable para la madre, el bebé o ambos. Estas negligencias suceden cuando no se realizan cesáreas de emergencia en casos necesarios, se utilizan de manera inapropiada medicamentos como oxitocina para inducir el parto, o se emplean dispositivos como fórceps o ventosas de forma incorrecta, provocando lesiones evitables.

Las negligencias médicas en el embarazo suelen producirse cuando no se realizan los controles prenatales necesarios como la falta de monitoreo adecuado en embarazos de alto riesgo, se ignoran o subestiman síntomas que podrían indicar complicaciones, como hipertensión, diabetes gestacional, infecciones, o anomalías en el crecimiento fetal, y no se interviene adecuadamente ante problemas detectados.

En casos de negligencia médica, los tribunales deben evaluar si el profesional de la salud actuó con la debida diligencia o si, por el contrario, su falta de actuación privó a la madre o al bebé de recibir la atención ginecológica oportuna y adecuada durante el embarazo, el parto o ante situaciones de sufrimiento fetal.

Contar con la asesoría de un abogado especializado puede marcar una diferencia significativa en el resultado del caso. La complejidad de los procedimientos legales y la naturaleza técnica de la medicina requieren que las víctimas tengan el respaldo de un profesional experimentado que conozca los entresijos de la ley y la práctica médica.

Si ha experimentado complicaciones ginecológicas, problemas durante el embarazo o el parto, y considera que hubo errores, omisiones o retrasos en el diagnóstico o tratamiento debido a una posible negligencia médica, en Castillo-Calvín Abogados le ofrecemos más de 30 años de experiencia en la gestión de reclamaciones por responsabilidad patrimonial y negligencia médica. Por ello, no dude en contactarnos para una consulta inicial y analizar juntos cómo podemos apoyarle y acompañarle en este proceso.

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