62.485 € por pérdida de oportunidad, error diagnóstico y falta de consentimiento informado

pérdida de oportunidad, error diagnóstico y falta de consentimiento informado
pérdida de oportunidad, error diagnóstico y falta de consentimiento informado

Retraso diagnóstico de la rotura del tendón

El tribunal ha determinado que hubo un retraso en el diagnóstico de la rotura del tendón del cuádriceps de la paciente, una lesión grave que afecta la movilidad y funcionalidad de la pierna. A pesar de que los síntomas clínicos de la paciente apuntaban a una posible lesión en el aparato extensor de la rodilla, el SAS no realizó pruebas complementarias adecuadas, como estudios de imagen (por ejemplo, una ecografía o una resonancia magnética), que habrían permitido detectar la rotura con mayor antelación. Este error médico privó a la paciente de la posibilidad de recibir una intervención quirúrgica oportuna, lo que podría haber reducido las secuelas y acelerado su recuperación.

La falta de un diagnóstico temprano permitió que la rotura del tendón evolucionara hasta un estado irreversible, lo que empeoró la situación funcional de la paciente. Actualmente, la paciente requiere el uso de dos muletas para caminar, presenta una cojera permanente y ha sufrido un perjuicio estético debido a las cicatrices postquirúrgicas, además de padecer un grado significativo de discapacidad.

La omisión del consentimiento informado supone una infracción de la lex artis sanitaria indemnizable

Además del retraso en el diagnóstico, la sentencia destaca una infracción de la "lex artis" debido a la falta de un consentimiento informado adecuado antes de que la paciente fuera sometida a una operación de artrolisis artroscópica de la rodilla izquierda. El consentimiento informado es un derecho básico del paciente y una obligación del personal sanitario, que debe proporcionar al paciente información clara, comprensible y detallada sobre los riesgos asociados a cualquier intervención quirúrgica.

En este caso, el tribunal señala que no se utilizó un modelo de consentimiento adecuado que informara del riesgo de rotura del tendón, tal y como exige la Sociedad Española de Traumatología y Cirugía Ortopédica. El cirujano que operó a la paciente y que debió haberla informado de tales riesgos no lo hizo, incumpliendo así lo previsto en la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información.

Consta acreditado que el médico disponía de un formulario de consentimiento específico para este tipo de intervención en el que se informa expresamente que la rotura de tendones es unos de los riesgos más frecuentes. La supuesta información verbal que proporcionó a la paciente no consta anotada en su historia clínica y, en todo caso, resulta insuficiente pues el consentimiento informado debió constar por escrito al tratarse de una intervención quirúrgica.

La omisión del consentimiento informado de la paciente supone una infracción de la lex artis, según constante jurisprudencia, pues vulnera el derecho a la autodeterminación de la paciente, dado que sus secuelas irreversibles fueron consecuencia de la defectuosa asistencia que recibió. Por ello, considera el Tribunal que se le privó de una información relevante que podría haber influido a la hora de tomar la decisión de operarse o no, continuando en este caso con los dolores en la articulación que podrían haber sido tratados con anestésicos, intentando mejorar la movilidad de la rodilla con ejercicios de fisioterapia. Todo ello, demuestra el funcionamiento anormal del servicio sanitario.

Pérdida de oportunidad indemnizable

En este caso, la sentencia aplica la doctrina de la "pérdida de oportunidad", un concepto jurídico que reconoce que, aunque no se pueda demostrar con certeza absoluta cuál habría sido el resultado si se hubiera actuado correctamente, sí existe una probabilidad razonable de que la actuación médica adecuada habría mejorado significativamente el estado del paciente. El tribunal considera que, si el diagnóstico de la rotura del tendón se hubiera realizado a tiempo y la operación se hubiera llevado a cabo de manera más temprana, las secuelas físicas que padece la paciente serían menores.

Aunque no se puede determinar con exactitud cómo habría evolucionado la salud de la paciente con una intervención más temprana, el tribunal señala que las probabilidades de una recuperación más favorable habrían sido considerablemente mayores. Basándose en esta premisa, la indemnización se fija en 62.485 euros, cantidad que refleja el daño causado por la pérdida de oportunidad de un tratamiento más eficaz.

La sentencia establece lo siguiente: "Retomando el diagnóstico tardío como hecho generador de responsabilidad patrimonial, aunque no existe la absoluta certeza del grado de afectación en la salud de la recurrente por la demora en el diagnóstico de la rotura del tendón cuadricipital y de cómo habría mejorado la articulación de haberse operado antes, sí puede representarse hipotéticamente que las secuelas seguidas de una más temprana intervención quirúrgica hubieran sido de menor entidad, lo que engarza con la conocida doctrina que emana de la Sala Tercera del Tribunal Supremo sobre la pérdida de oportunidad, invocada en la instancia por la actora en su demanda”.

La negligencia médica en casos de rotura de tendón ocurre cuando no se diagnostica correctamente, se retrasa el tratamiento o se realiza una intervención inadecuada, lo que puede provocar pérdida de funcionalidad, dolor crónico o complicaciones permanentes. En este caso, el Tribunal Superior de Justicia considera que hubo un retraso en el diagnóstico de la rotura del tendón del cuádriceps de la paciente, al no hacerle en el hospital ninguna prueba complementaria que hubiera permitido detectar la lesión. Esta negligencia médica provocó que perdiera la oportunidad de operarse con mayor prontitud, lo que habría minimizado las graves secuelas que le han quedado, así como el tiempo de curación.

sentencia condena negligencia medica por error diagnostico
sentencia condena negligencia medica por error diagnostico

El propósito de una reclamación no es solo obtener una compensación justa para el paciente afectado, sino también mejorar los estándares de calidad en la atención médica. Las reclamaciones por negligencias médicas pueden motivar a los centros de salud y a los profesionales a ser más cuidadosos y responsables en sus diagnósticos y tratamientos, reduciendo así el riesgo de errores similares en el futuro y promoviendo una mejor atención para todos los pacientes.

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