45.954 € por retraso diagnóstico de torsión testicular
Indemnización por pérdida de un testículo
Este caso se centra en un paciente que acudió a un hospital de la red pública andaluza presentando síntomas claros y alarmantes de dolor agudo en la zona testicular, un signo que habitualmente indica la necesidad de una evaluación médica urgente y especializada. A pesar de la sintomatología evidente, que incluía un dolor severo y repentino, el personal médico del hospital limitó su intervención a la realización de una analítica de sangre, que no mostró alteraciones significativas. Sin embargo, no se llevaron a cabo otras pruebas cruciales que habrían permitido un diagnóstico más adecuado, tales como una exploración física exhaustiva, pruebas de imagen (como la ecografía Doppler) o una interconsulta urgente con el Servicio de Urología. Como consecuencia de esta insuficiencia en la atención médica, el paciente fue dado de alta con un diagnóstico incorrecto de "orquiepididimitis".
Error diagnóstico y omisión de pruebas de la torsión testicular
El diagnóstico de "orquiepididimitis", una inflamación de los testículos o el epidídimo, fue emitido sin descartar previamente una posible torsión testicular, que constituye una de las principales urgencias urológicas debido a la necesidad de intervención quirúrgica inmediata. La torsión testicular ocurre cuando el testículo rota sobre su cordón espermático, lo que interrumpe el flujo sanguíneo al órgano. Si no se trata dentro de las primeras 6 a 8 horas, el daño al testículo puede ser irreversible, resultando en la necrosis y pérdida del órgano.
En este caso, la actuación médica se caracterizó por una clara falta de medios diagnósticos, y obvió la gravedad potencial del cuadro clínico. El dolor testicular agudo es un síntoma que debe considerarse de urgencia, y los protocolos médicos establecen que ante cualquier sospecha de torsión testicular, el personal de salud debe proceder de inmediato a descartar esta posibilidad mediante pruebas diagnósticas como la ecografía Doppler, que evalúa el flujo sanguíneo al testículo, o incluso exploración quirúrgica urgente en casos de alta sospecha clínica.
Días después de haber sido dado de alta, el paciente regresó al hospital debido a la persistencia del dolor. En esta ocasión, finalmente se realizaron las pruebas necesarias, confirmándose el diagnóstico de torsión testicular. Aunque se programó una intervención quirúrgica de urgencia, lamentablemente ya era demasiado tarde para salvar el testículo, lo que resultó en su pérdida traumática.
La importancia del tiempo al diagnosticar y tratar una torsión testicular
La rapidez en el diagnóstico y tratamiento de la torsión testicular es crucial para evitar la pérdida del órgano. El tiempo de evolución de la torsión está directamente vinculado a las probabilidades de éxito en el tratamiento: cuanto más rápido se interviene, mayores son las posibilidades de salvar el testículo afectado. Generalmente, si la torsión se corrige quirúrgicamente en las primeras 6 horas desde el inicio de los síntomas, las probabilidades de preservar la función testicular son muy altas. No obstante, después de 12 horas, las probabilidades disminuyen drásticamente, y después de 24 horas, la pérdida del testículo es casi inevitable.
En este caso, la atención inicial inadecuada y la falta de pruebas diagnósticas específicas contribuyeron a un retraso fatal en el tratamiento. El diagnóstico erróneo de orquiepididimitis fue emitido sin realizar una evaluación clínica completa ni las pruebas de imagen adecuadas para descartar una torsión testicular, lo que llevó a la pérdida irreversible del órgano. Si se hubieran seguido los protocolos médicos establecidos para el manejo del dolor testicular agudo, el testículo podría haberse salvado.
Protocolo médico ante el dolor testicular agudo
Ante la presencia de dolor testicular agudo, especialmente en pacientes jóvenes, la prioridad médica debe ser descartar la torsión testicular. El protocolo médico exige una evaluación clínica inmediata, que debe incluir:
Exploración física exhaustiva, para evaluar la sensibilidad, posición y estado del testículo.
Pruebas de imagen, como la ecografía Doppler, que permite evaluar el flujo sanguíneo y detectar cualquier anomalía que sugiera torsión.
Interconsulta urgente con Urología en casos de sospecha elevada, e incluso la exploración quirúrgica directa si los síntomas son altamente indicativos de torsión, aún si las pruebas no son concluyentes.
El error en este caso radicó en no haber aplicado este protocolo de forma diligente, lo que privó al paciente de la oportunidad de recibir un tratamiento oportuno. La omisión de pruebas clave y la falta de una interconsulta con el especialista en Urología supusieron una clara negligencia, que tuvo como resultado la pérdida de un órgano vital para la calidad de vida del paciente.
Consecuencias legales y responsabilidad médica
Este caso subraya la importancia de una atención médica inmediata y adecuada en el manejo de urgencias urológicas. El retraso en el diagnóstico de una torsión testicular no solo puede causar la pérdida del órgano, sino que también tiene graves consecuencias psicológicas y de salud para el paciente, afectando su fertilidad y bienestar a largo plazo.
Dada la negligencia médica demostrada, se presenta una clara responsabilidad patrimonial por parte del hospital y del servicio médico involucrado. La indemnización correspondiente deberá contemplar tanto los daños físicos como el impacto emocional y psicológico sufrido por el paciente, así como las limitaciones en su vida futura derivadas de la pérdida del testículo.
Reflexión final
Este caso pone en evidencia la importancia crítica de aplicar de manera adecuada los protocolos médicos en situaciones de urgencia, donde el tiempo es un factor determinante para el éxito del tratamiento. La torsión testicular es una condición médica tratable, pero solo si se diagnostica y trata a tiempo. Cualquier retraso, como el ocurrido en este caso, puede llevar a consecuencias devastadoras para el paciente y derivar en graves responsabilidades legales para el equipo médico.
La negligencia médica por retraso en el diagnóstico de torsión testicular ocurre cuando no se detecta y trata de forma inmediata esta emergencia urológica, lo que puede causar la pérdida irreversible del testículo y graves consecuencias para la salud del paciente, como sucedió en este caso. En este caso, el Servicio Andaluz de Salud admitiendo la reclamación patrimonial por negligencia médica presentada por el despacho Castillo-Calvín Abogados, reconoce la relación causal entre la asistencia prestada y los daños ocasionados, indemnizando con 45.954 euros al paciente.
¿Necesita un abogado para reclamar por una torsión no diagnosticada?
La torsión testicular y la torsión ovárica son emergencias médicas que exigen una respuesta rápida y precisa. La negligencia médica en estos casos puede llevar a consecuencias graves e irreversibles para el paciente, incluyendo la pérdida del órgano afectado y la disminución de la fertilidad. Los derechos de los pacientes les permiten exigir una compensación si se demuestra que el daño fue resultado de una actuación negligente por parte del personal de salud.
Contar con la asesoría de un abogado especializado en negligencias médicas puede marcar una diferencia significativa en la obtención de una indemnización justa y adecuada. A su vez, el cumplimiento de medidas preventivas en los centros de salud es clave para garantizar que los pacientes reciban la atención oportuna que necesitan en estos casos.
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